AGUA ES VIDA: VICTORIAS Y DESAFÍOS PARA EL AGUA LIMPIA EN NUEVO MÉXICO
En el árido Nuevo México, proteger el agua limpia es esencial para las comunidades, la agricultura, la industria y la naturaleza. Nos sentimos devastados cuando la Corte Suprema de EE. UU. debilitó la Ley de Agua Limpia, eliminando de un plumazo la protección de hasta 951 TP3 T de las aguas de Nuevo México. Pero el poder de la ley —la ley estatal— es inquebrantable.
Tomamos medidas y, con una coalición de socios y legisladores comprometidos, trabajamos sin descanso para aprobar una ley que restableció las protecciones de la Ley de Agua Limpia, las cuales habían sido recortadas en la errónea decisión de la Corte Suprema. Las protecciones de agua restablecidas en Nuevo México estarán a salvo de ataques federales, y estamos colaborando con el estado para crear el programa más sólido posible.
Mientras tanto, participamos en una normativa estatal para prohibir el vertido de residuos de fracturación hidráulica tratados —disfrazados de “agua producida”— a los ríos, arroyos, aguas subterráneas y tierras de Nuevo México. En 2021, las grandes petroleras generaron 60 000 millones de galones de estos residuos tóxicos, que contenían radio, benceno, PFAS, mercurio y sustancias químicas tóxicas desconocidas procedentes de la fracturación hidráulica.
Durante los 18 meses del proceso de reglamentación, presentamos miles de páginas de evidencia científica y testimonios de expertos que demostraban que no existe la tecnología para tratar estos residuos de fracturación hidráulica a niveles seguros y a gran escala. Incluso un testigo de la industria coincidió en que la tecnología “aún no está disponible”, y la Comisión de Control de Calidad del Agua votó unánimemente a favor de prohibir el vertido de residuos de fracturación hidráulica tratados en Nuevo México.
Antes de que la normativa se aprobara, las grandes petroleras presentaron a la comisión una propuesta extremadamente permisiva, redactada por la industria, para revocar la prohibición de vertidos. Resulta alarmante que la gobernadora Michelle Lujan Grisham y el secretario del Departamento de Medio Ambiente, James Kenney, influyeran para manipular la votación de la comisión a favor de la propuesta de la industria.
En otra concesión sin precedentes a las grandes petroleras, el secretario Kenney prohibió a su Departamento de Medio Ambiente —que propuso y defendió convincentemente la prohibición de vertidos— participar en la elaboración de normas por parte de dichas empresas. Esto jamás había ocurrido en los 58 años de historia de la comisión para una norma que administrara el Departamento de Medio Ambiente.
Presentamos una moción para descalificar a los comisionados a quienes el gobernador ordenó votar a favor de la propuesta de las grandes petroleras sobre el vertido de residuos tratados de fracturación hidráulica, así como sus votos para impulsar esta desastrosa norma. votó para anular su voto Consideraremos la normativa sobre vertidos de aguas residuales de petróleo y gas redactada por la industria. Prevemos que volverá a plantearse y la combatiremos con todas nuestras fuerzas, porque contaminar las aguas de Nuevo México con residuos de fracturación hidráulica —incluso “tratados”— es una imprudencia inconcebible.
Foto: Jim O'Donnell
